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¿Cuál es la función del departamento jurídico en la empresa?

El director jurídico posee conocimientos normativos desconocidos para el resto de un comité de dirección. Este conocimiento es motivo suficiente como para hacer partícipe al departamento jurídico en la toma de decisiones.  La representación del director jurídico en el comité ayudará a eliminar riesgos y garantizar la protección de la empresa.

En los últimos años, ha aumentado la importancia de los servicios jurídicos. De hecho, actualmente, casi tres cuartas partes de los directores jurídicos participan en el comité de dirección de su empresa.

Sería razonable preguntarse por qué es tan importante la participación del departamento jurídico en los comités de dirección de las empresas. ¿Cuáles son sus funciones? ¿Cuál es su papel estratégico? 

¿Qué es un servicio jurídico? Definición

El departamento jurídico es el conjunto de personas responsables de procurar que la empresa opere dentro del marco legal y normativo vigente. Está compuesto por juristas y profesionales del derecho que pueden considerarse los abogados de la empresa. 

 

El control jurídico es la parte principal de su trabajo diario. Por este motivo, los abogados tienen que estar constantemente al día de todas las normas y leyes relacionadas con la actividad de la empresa. Esta labor exige un gran rigor, ya que las normas jurídicas evolucionan constantemente, lo que puede repercutir en toda la actividad de la empresa. 

 

Al mismo tiempo, el departamento jurídico también tiene una función de asesoramiento y sensibilización: debe comunicarse constantemente con los demás departamentos para garantizar la correcta aplicación de la normativa, especialmente en caso de cambios. Por eso se recurre a la experiencia de los abogados en cada proyecto, en el marco de las negociaciones contractuales y, por supuesto, en el comité de dirección. 

 

Como garante del cumplimiento de las normas, el departamento jurídico también interviene en caso de litigios internos y externos, y, si es necesario, en la gestión de procedimientos judiciales. 

 

Responsabilidades y competencias del departamento jurídico 

Perfil del abogado

Un buen abogado debería tener las siguientes aptitudes y cualidades:  

  • Un perfecto dominio del Derecho empresarial. 
  • Conocimientos avanzados del sector de actividad de la empresa.  
  • Mucho rigor y atención al detalle.  
  • Buenas aptitudes interpersonales, de comunicación y de divulgación.  
  • Capacidad de síntesis, esencial para orientar la toma de decisiones.  
  • Habilidades diplomáticas y de redacción, utilizadas en litigios y en la redacción de contratos. 

Riesgo que gestiona el servicio jurídico

Los riesgos que gestiona el departamento jurídico pueden variar en función del sector de actividad de la empresa. De hecho, la mayoría de las normativas y litigios que se plantean son específicos de una actividad (bancaria, inmobiliaria, servicios en línea, alimentación, etc.).  

 

Sin embargo, algunos riesgos son genéricos y comunes a todos los sectores. Evolucionan en función de las innovaciones tecnológicas y los cambios sociales.  

 

Los riesgos más comunes que gestionan los departamentos jurídicos son los siguientes:  

 

  • Protección de datos, que representa una demanda del 82 %. 
  • La lucha contra la corrupción y el blanqueo de capitales, con una demanda del 62 %. 
  • Responsabilidad social corporativa, que representa el 62 % de las solicitudes. 

 

Le siguen problemáticas humanas y sociales, como el respeto de los derechos humanos y de la diversidad. Todos estos elementos son genéricos, es decir, afectan a todos los sectores de actividad, sin embargo, las preocupaciones pueden cambiar con el tiempo.  

 

Por ejemplo, el interés por los riesgos derivados de la protección de datos ha aumentado desde la llegada del RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) en 2018. 

La gestión de contratos

Todas las empresas tienen que gestionar diferentes tipos de contratos: ya sea internamente (los contratos de trabajo), con proveedores o, por supuesto, con clientes. Estos contratos son documentos importantes, que a menudo se gestionan en grandes volúmenes y que pasan por diferentes departamentos: compras, ventas, recursos humanos, finanzas y, por supuesto, el departamento jurídico.  

 

Ya sean contratos relacionados con compras, negociaciones comerciales o con la contratación de personal, estos documentos deben cumplir obligatoriamente con la normativa. Puesto que el más mínimo error puede resultar muy costoso, tanto jurídica como financieramente, por no hablar de la reputación de la empresa, si el litigio se hace público. Por todas estas razones, el departamento jurídico desempeña un papel fundamental en la gestión de contratos.  

 

Los abogados deben asegurarse del cumplimiento de todos los contratos, así como de la totalidad de sus cláusulas. También participan en las fases de redacción y negociación del contrato, antes de su firma. Esto requiere un seguimiento riguroso, así como una comunicación regular con otros departamentos de la empresa.  

La solución DiliTrust para los departamentos jurídicos

El módulo Contratos de DiliTrust es una solución de gestión del ciclo de vida de los contratos, es decir, una herramienta que automatiza la gestión de los contratos a lo largo de su ciclo de vida. Creada por antiguos abogados, esta herramienta facilita el trabajo diario de los profesionales del Derecho, lo que les ahorra tiempo (¡y espacio mental!) para realizar tareas de alto valor añadido: peritaje jurídico, asesoramiento, toma de decisiones, entre otras. 

 

En efecto, el módulo Contratos permite eliminar todas las tareas relacionadas con los contratos que implican mucho tiempo: redacción (copiar y pegar las cláusulas), búsqueda de información, diferentes comprobaciones, etc. 

 

Gracias a algoritmos que utilizan inteligencia artificial, la gestión de los contratos no solo es más fácil, sino también más segura, desde la redacción del documento hasta su firma y el seguimiento de su ejecución.  

 

De esta manera, no solo los abogados, sino todos los empleados ganan control sobre los contratos: se reducen los riesgos de litigios, errores y pérdidas económicas, y se acelera el ritmo de tramitación de los contratos, lo que permite firmar más. 

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