Gestión de riesgos corporativos: Más que un problema de cumplimiento

Ciberataques, exposición a ESG y fallos de terceros. Estos son algunos de los centros de atención más comunes de la gestión de riesgos corporativos.

El problema es que algunas organizaciones todavía ven la gestión de riesgos como una función reactiva y puramente impulsada por el cumplimiento. Como resultado, hay una falta de visibilidad que pone en peligro las operaciones. Además se pone en juego la reputación, los costes y el valor a largo plazo.

La buena noticia es que los departamentos jurídicos y los consejos de administración están en una posición única para cambiar este paradigma. Con el marco de gobernanza adecuado, pueden convertir la gestión del riesgo corporativo en una ventaja estratégica.

¿Qué es la gestión de riesgos corporativos?

La gestión de riesgos corporativos es el proceso mediante el cual una organización identifica, evalúa, mitiga y supervisa los riesgos que podrían afectar a su rendimiento, cumplimiento o reputación. Esto incluye riesgos operativos, responsabilidades legales, exposiciones financieras, amenazas cibernéticas y desafíos relacionados con ESG.

Una gestión eficaz de los riesgos corporativos integra personas, procesos y sistemas. Así se garantiza que los riesgos no sólo se documentan, sino que se gestionan activamente y se elevan cuando es necesario.

Históricamente, la gestión de riesgos corporativos ha estado estrechamente asociada a las funciones de cumplimiento. Aunque los expertos jurídicos y de cumplimiento siguen desempeñando un papel central, la gestión del riesgo de forma aislada no es factible. Particularmente para las organizaciones que operan en múltiples jurisdicciones y gestionan estructuras de entidades complejas.

Por qué la fragmentación de la supervisión de riesgos no es una opción

A pesar de saber lo esencial que es, algunas organizaciones siguen luchando para que la colaboración entre equipos sea natural. Lo más frecuente es que haya buenas intenciones, pero problemas para transformar las ideas en operaciones. Después de todo, cuando las cosas funcionan de una determinada manera durante tanto tiempo, es difícil cambiar.

Hemos separado tres retos clave que hacen que muestran lo riesgosa que es la supervisión fragmentada de los riesgos:

Silos departamentales: Cuando los datos relacionados con los riesgos están dispersos en sistemas y equipos desconectados, la organización pierde claridad. Esta fragmentación aumenta la probabilidad de que se produzcan filtraciones de datos, retrasos en los informes y decisiones mal informadas.

Responsabilidad incoherente: La falta de funciones claramente definidas para identificar, escalar y responder a los riesgos provoca fallos en la gobernanza. Sin responsabilidad, las acciones críticas se escapan de las manos. El resultado no son sólo retrasos operativos, sino posibles incumplimientos y daños a la reputación.

Visibilidad limitada del Consejo: Muchos de los informes de riesgos que se entregan a los consejos de administración son retrospectivos y carecen de un análisis prospectivo. Sin información oportuna y contextualizada, los miembros del consejo tienen que tomar decisiones estratégicas en la oscuridad. Por consecuencia, se socava tanto la supervisión de riesgos como la planificación a largo plazo.

Todo esto hace casi imposible una gestión proactiva de los riesgos corporativos.

La gobernanza como primer enfoque de la gestión de riesgos empresariales

Para avanzar, el programa y la estrategia de gestión de riesgos deben ir más allá de las listas de comprobación del cumplimiento. La solución es replantar la gestión de riesgos corporativos a través de la de la gobernanza. De tal modo las organizaciones podrán jugar con una visión más amplia y garantizar un mejor cumplimiento.

Esto implica tres grandes cambios:

Los responsables jurídicos y de gobernanza desempeñan un papel más importante que el de limitarse a decir sí o no a las propuestas. Qué pasa si se les otorga un papel central en la identificación y mitigación del riesgo sistémico? Habrá menos margen para la exposición normativa y las lagunas en la gobernanza de los datos.

Paso práctico: Implicar al Director Jurídico o al Departamento de Operaciones Jurídicas en los comités de riesgos de la empresa para que puedan compartir información relevante con el consejo. Asegúrese de que los miembros del consejo reciben actualizaciones en tiempo real sobre los riesgos legales y operativos críticos a través de un portal seguro y centralizado para el consejo.

2. De los registros estáticos de riesgos a la supervisión dinámica

Los enfoques tradicionales de la gestión de riesgos corporativos suelen basarse en registros anticuados y actualizaciones lentas. Este enfoque suele ser criticado por su falta de flexibilidad y lentitud. Sin embargo las cosas han cambiado gracias a LegalTech. El método moderno proporciona colaboración en tiempo real entre todas las partes necesarias.

En práctica: Utilizar plataformas de colaboración para realizar un seguimiento de los asuntos jurídicos, las exposiciones de las entidades y los indicadores de riesgo contractual, vinculándolos dinámicamente a métricas de gobernanza más amplias.

Puede parecer obvio, pero a menudo no lo es: algunas organizaciones siguen tratando la supervisión de riesgos como una función independiente. Sin embargo, las empresas resistentes integran la gestión del riesgo corporativo en su planificación estratégica. Esto les permite alinear las prioridades ASG, los objetivos de crecimiento y las presiones normativas locales de forma cohesionada.

En práctica: Los riesgos de máxima prioridad deben formar parte del orden del día de las reuniones del consejo de administración. Deben estar claramente relacionados con los indicadores clave de rendimiento. Al igual, deben relacionarse con los objetivos estratégicos y las iniciativas centradas en las partes interesadas. También es esencial tener en cuenta los riesgos específicos de cada jurisdicción. Esto en particular para las organizaciones que operan en varias regiones.

Ventajas de la gestión integrada de riesgos

Como resultado de la adopción de la gestión de riesgos corporativos basada en la gobernanza, se obtendrán beneficios cuantificables. A continuación se enumeran algunos de ellos:

  • Mayor transparencia: Los consejos de administración y los ejecutivos acceden a los mismos datos sobre riesgos en tiempo real.
  • Responsabilidad más clara: Las funciones y responsabilidades se formalizan y supervisan.
  • Respuesta más rápida: La colaboración interfuncional permite una mitigación preventiva.
  • Confianza normativa: La supervisión demostrable refuerza la postura de cumplimiento.

En resumen, la gestión de riesgos corporativos se convierte no sólo en una práctica defensiva, sino en un factor clave de resiliencia y reputación.

La gestión del riesgo empresarial empieza por la gobernanza

El papel del consejo de administración en la gestión de los riesgos corporativos nunca ha sido más crítico. Esta supervisión requiere algo más que concienciación, necesita las herramientas y la mentalidad adecuadas para tener éxito.

Las organizaciones pueden generar no solo cumplimiento, sino confianza. Esto es posible al integrar la gestión de riesgos corporativos en los procesos de gobernanza y utilizar la tecnología para respaldar la visibilidad y el control.

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