Cláusulas de sostenibilidad: Más que un requisito, un elemento estratégico para el sector energético

Durante décadas, los contratos de la industria energética giraban únicamente en torno al volumen, el precio y el rendimiento. Hoy, la sostenibilidad es una parte inevitable de la negociación. Es decir, no sólo como una nota a pie de página, sino como un pilar clave.

El mundo avanza hacía una política net zero, y para sectores como el energético esto conlleva a cambios. Esta industria se verá más y más obligada a cumplir normas medioambientales y éticas más estrictas. Además, no es solo por parte de los reguladores, sino también por los inversores, los consumidores y los socios comerciales.

Este cambio viene acompañado de un papel cada vez más importante de las cláusulas de sostenibilidad. Las cláusulas de sostenibilidad alimentan los contratos y transforman los objetivos ESG en obligaciones exigibles. Lejos de ser simbólicas, estas cláusulas se están convirtiendo en una herramienta fundamental de gestión de riesgos. También influyen fuertemente en las operaciones globales de las empresas. Son una oportunidad de desempeñar un papel de liderazgo en la configuración de un futuro energético más responsable.

¿Qué son las cláusulas de sostenibilidad y por qué están ganando terreno?

Las cláusulas de sostenibilidad son una responsabilidad real, no una moda

En esencia, las cláusulas de sostenibilidad incorporan compromisos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) a la estructura de un contrato. Pueden establecer:

  • Límites a las emisiones de carbono, fuentes renovables,
  • Reducción de residuos o normas laborales en toda la cadena de suministro.

A diferencia de las declaraciones corporativas sobre ESG -que pueden ser vagas o no vinculantes-, las cláusulas de sostenibilidad crean responsabilidad legal.

Para los profesionales jurídicos del sector energético esta es una realidad. Los objetivos de descarbonización amenudo cruzan con operaciones de alto riesgo. De tal manera nunca ha sido tan importante prestar especial atención a las cláusulas de sostenibilidad. Estas cláusulas pueden desplazar la responsabilidad, desencadenar sanciones por incumplimiento e incluso servir de motivo para la rescisión de contratos. En consecuencia, podemos decir oficialmente que las tendencias ESG son algo más que solo eso.

Panorama de las presiones normativas

Las cláusulas de sostenibilidad no son del todo nuevas. Sin embargo, a lo largo de los años han ido creciendo las expectativas sobre el cumplimiento de la normativa en materia de ESG. A continuación, encontrará algunas razones que explican ese crecimiento exponencial.

  • Mandatos normativos como el Green Deal de la UE y la Directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD) exigen información verificable sobre ASG.
  • Los contratos de compraventa de energía verde desempeñan un papel cada vez más importante. Sobre todo en el sector europeo de las energías renovables. En 2023 se alcanzará la cifra récord de 10,4 GW de nueva capacidad mediante contratos de compraventade energía verde, lo que supone un aumento interanual del 40%.
  • Las expectativas de los inversores están impulsando a las empresas hacia la integración a largo plazo en cuestiones ESG. Además, los marcos jurídicamente sólidos están ganando preferencia sobre los aspiracionales.

Definición clave: Los PPA verdes son un tipo de acuerdo en el que una empresa recibe un volumen determinado de energía renovable a precio fijo durante un plazo determinado. El precio normalmente está por debajo de las tarifas de mercado. Los PPA verdes utilizan cláusulas para imponer el seguimiento de las emisiones de CO₂. Así garantizan el origen renovable y establecen mecanismos de auditoría.

Consideraciones clave para redactar cláusulas de sostenibilidad en los contratos energéticos

Para los equipos jurídicos, las cláusulas de sostenibilidad representan tanto un reto como una palanca estratégica. El reto clave para ellos es traducir los objetivos ESG dentro de su industria en un lenguaje claro, específico, medible y aplicable. A esto, agregamos la dificultad que estos objetivos evolucionan rápidamente en el sector energético. Además, los contratos deben ser claros y fáciles de entender, ya que es esencial que estén preparados para las auditorías en todo momento.

En resumen, esto significa que los profesionales del Derecho navegan a menudo:

  • Ecosistemas de proveedores complejos: especialmente en proyectos energéticos multinacionales en los que las normas de sostenibilidad pueden variar.
  • Riesgo para la reputación: las cláusulas débiles o no vinculantes pueden exponer a las empresas a acusaciones de lavado verde.
  • Supervisión del cumplimiento: las cláusulas deben poder auditarse y ajustarse a marcos internacionales como el GRI o el SASB.

En otras palabras, el Consejo General y el Departamento Jurídico ya no son revisores pasivos de las políticas ASG, sino ejecutores activos.
son ejecutores activos. Al integrar la sostenibilidad en los contratos, garantizan que los objetivos ASG no solo se declaren, sino que se cumplan.

De la flexibilidad a la responsabilidad: Encontrar el equilibrio adecuado

Las cláusulas de sostenibilidad deben caminar sobre una fina línea: deben ser lo suficientemente flexibles como para adaptarse a la evolución de las tecnologías y las normativas, pero lo suficientemente sólidas como para responsabilizar a todas las partes.

Elementos clave a incluir:

  • Indicadores clave de rendimiento claros: como umbrales de reducción de CO₂ o porcentajes de energías renovables.
  • Mecanismos de verificación: auditorías de terceros o autoinformes con cadencia definida.
  • Condiciones de reparación: incluidas sanciones, medidas correctivas o derechos de rescisión por incumplimiento de las normas ASG.

Una empresa petrolera, por ejemplo, podría estipular que el 30% de sus proveedores cumplan los objetivos de emisiones de Alcance 3 para un año determinado. El incumplimiento podría dar lugar a sanciones escalonadas o a la desviación de las compras de los proveedores que no cumplan. Ya no se trata de escenarios hipotéticos, sino que se están produciendo en tiempo real, como se pone de relieve en el análisis industrial de AVEVA sobre las empresas de petróleo y gas que están adaptando sus modelos operativos.

Para garantizar la eficacia de las cláusulas de sostenibilidad, los equipos jurídicos deben:

  • Adaptar la redacción de las cláusulas a la normativa local e internacional en materia de ASG.
  • Utilice bibliotecas de cláusulas normalizadas siempre que sea posible para mantener la coherencia.
  • Garantizar la alineación interfuncional entre los equipos jurídicos, de sostenibilidad y de compras.
  • Siga y gestione el rendimiento de las cláusulas a lo largo del tiempo mediante herramientas seguras.

Siguiendo estas recomendaciones, los equipos jurídicos pueden esperar mejorar la gestión general y la supervisión de las cláusulas de sostenibilidad en la empresa. El objetivo clave es alinear los objetivos de negocio, operativos y de cumplimiento ESG, no hay mejor manera que con la estrategia adecuada pero también, las herramientas adecuadas.

¿Preparado para pasar de la conformidad a la ventaja competitiva?

En el sector de la energía, las cláusulas de sostenibilidad ya no son un «nice to have», sino un imperativo operativo. A medida que aumenta el escrutinio y las normas ASG se hacen más rigurosas, los equipos jurídicos se convierten en los arquitectos de la rendición de cuentas.

Al elaborar y gestionar cláusulas de sostenibilidad claras y aplicables, las empresas energéticas pueden proteger su reputación, cumplir las exigencias normativas y liderar la transición hacia un futuro más ecológico, no sólo con palabras, sino con acuerdos vinculantes.

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