Diseño jurídico: Transformar información jurídica compleja en contenidos fácilmente comprensibles

El diseño jurídico aplica principios de diseño centrados en el ser humano a la información jurídica. Hace que los documentos y procesos complejos sean más claros, accesibles y fáciles de usar. Al dar prioridad a la claridad, la comunicación visual y la inclusión, el diseño jurídico mejora el cumplimiento, la eficiencia y la confianza de las partes interesadas. Aprovechando las herramientas digitales y la IA, las organizaciones pueden agilizar los flujos de trabajo jurídicos, reducir los riesgos y mejorar la toma de decisiones, transformando las operaciones jurídicas en servicios más eficaces y centrados en el usuario.

El complejo lenguaje jurídico y la densa documentación dificultan a menudo que las organizaciones comuniquen sus obligaciones de forma clara y eficaz. El diseño jurídico ofrece una solución al salvar la brecha entre los conceptos jurídicos complejos y la comprensión del usuario. Este enfoque innovador transforma la forma de presentar la información jurídica, haciéndola más accesible y práctica para todos los implicados. Para los departamentos jurídicos y los profesionales de la gobernanza, el diseño jurídico representa una oportunidad para mejorar la eficacia, el cumplimiento y las relaciones con las partes interesadas.

El diseño jurídico combina conocimientos jurídicos con principios del diseño para crear documentos, servicios y sistemas jurídicos más eficaces. Aplica metodologías de diseño centradas en el ser humano a los retos jurídicos. Se centra en las necesidades de las personas que interactúan con la información jurídica.

A diferencia de los enfoques jurídicos tradicionales, que a menudo dan prioridad a los detalles por encima de la claridad, el diseño jurídico hace hincapié en la experiencia del usuario. Transforma el lenguaje jurídico denso y técnico en contenido claro y accesible sin sacrificar la precisión ni el cumplimiento.

Este campo ha evolucionado significativamente en la última década, con pioneros como Margaret Hagan, Directora Ejecutiva del Laboratorio de Diseño Jurídico de Stanford, ayudando a establecerlo como una disciplina reconocida dentro de la profesión jurídica. Hoy en día, el diseño jurídico se considera cada vez más esencial para los departamentos jurídicos modernos que buscan mejorar su forma de comunicar y prestar servicios.

El diseño jurídico se basa en varios principios fundamentales que guían su aplicación en distintos contextos.

Enfoque centrado en el usuario

En esencia, el diseño jurídico pone al usuario en primer lugar. Esto significa comprender quién va a interactuar con la información jurídica y cuáles son sus necesidades, capacidades y objetivos específicos. Empezando por investigar a los usuarios, los profesionales del Derecho obtienen información que les ayuda a crear soluciones más eficaces.

Claridad y comunicación visual

El diseño jurídico hace hincapié en la claridad a través del lenguaje y los elementos visuales. Los conceptos complejos se desglosan en componentes comprensibles, y las ayudas visuales como diagramas, iconos y diagramas de flujo ayudan a los usuarios a comprender las relaciones y los procesos de forma más intuitiva.

Accesibilidad e inclusión

Un buen diseño jurídico garantiza que la información jurídica sea accesible a todo aquel que la necesite, independientemente de su formación, experiencia o capacidades. Esto incluye tener en cuenta las barreras lingüísticas, las diferencias cognitivas y los distintos niveles de conocimientos jurídicos.

Las organizaciones que incorporan el diseño jurídico a sus procesos legales experimentan numerosas ventajas.

Mayor comprensión y cumplimiento

Cuando los documentos y procesos jurídicos se diseñan pensando en los usuarios, es más probable que éstos comprendan sus derechos y obligaciones. Esto conduce a un mejor cumplimiento de las normas y reglamentos, reduciendo el riesgo para la organización.

Mayor eficiencia y reducción de costes

Los documentos y procesos jurídicos claros y bien diseñados requieren menos tiempo de explicación y generan menos preguntas. Esto se traduce en un ahorro de tiempo para los equipos jurídicos y en una reducción de los costes asociados a malentendidos o errores.

Fortalecimiento de la confianza y las relaciones

Cuando los clientes y las partes interesadas pueden comprender fácilmente la información jurídica, se genera confianza y mejoran las relaciones. Esto es especialmente valioso para mantener relaciones comerciales a largo plazo y la satisfacción del cliente.

El diseño jurídico puede aplicarse en numerosas áreas de una organización:

  • Simplificación de contratos: Transformación de contratos densos en documentos claros y estructurados con elementos visuales que destaquen los términos y obligaciones clave. Esto hace que los procesos de revisión sean más eficientes. Y, además, ayuda a garantizar que todas las partes comprenden realmente sus compromisos.
  • Políticas de privacidad y condiciones de servicio: Rediseñar estos documentos, a menudo ignorados, para hacerlos más atractivos y comprensibles. Así se aumenta la probabilidad de que los usuarios lean y comprendan información importante sobre sus derechos.
  • Procesos jurídicos internos: Racionalización de los flujos de trabajo dentro de los departamentos jurídicos mediante mapas de procesos visuales, listas de comprobación y otras herramientas que facilitan el seguimiento y la ejecución de procedimientos complejos.

La tecnología desempeña un papel crucial en la aplicación eficaz del diseño jurídico. Las herramientas digitales facilitan la creación, distribución y gestión de contenidos y procesos jurídicos bien diseñados.

Las plataformas de gobernanza modernas proporcionan la infraestructura necesaria para aplicar el diseño jurídico a escala. Estos sistemas centralizan la información jurídica, estandarizan los procesos. También ofrecen funciones de colaboración que facilitan la creación y el mantenimiento de contenidos jurídicos bien diseñados.

Los entornos digitales seguros permiten a los equipos jurídicos compartir documentos rediseñados con las partes interesadas, manteniendo al mismo tiempo los controles de acceso y la gestión de versiones adecuados. Esto garantiza que se puedan aprovechar las ventajas del diseño jurídico sin comprometer la seguridad ni el cumplimiento normativo.

IA y automatización en el diseño jurídico

La inteligencia artificial mejora el diseño jurídico analizando la complejidad de los documentos, sugiriendo simplificaciones e incluso generando representaciones visuales de los conceptos jurídicos. A medida que estas tecnologías avancen, ayudarán cada vez más a los profesionales del Derecho a crear materiales jurídicos más eficaces y centrados en el usuario.

La implantación del diseño jurídico en una organización requiere un enfoque estructurado.

Evaluación y priorización

Comience por identificar las áreas en las que la mejora del diseño jurídico tendría mayor impacto. Puede tratarse de contratos de uso frecuente, documentos orientados al cliente o procesos internos que actualmente causan confusión o retrasos.

Desarrollo de capacidades y recursos

Desarrolle las capacidades de diseño jurídico de su equipo mediante formación y recursos. Puede tratarse de talleres sobre pensamiento visual, redacción en lenguaje sencillo o métodos de investigación de usuarios.

Aplicación iterativa

Empiece con proyectos pequeños y perfeccione su enfoque basándose en la información recibida. El diseño jurídico es un proceso iterativo: cada aplicación ofrece oportunidades de aprendizaje que mejoran los esfuerzos futuros.

  • Mida los resultados: Realice un seguimiento de métricas como el tiempo ahorrado y la reducción de preguntas o conflictos. También puede medir la satisfacción de los usuarios para demostrar el valor de sus iniciativas de diseño jurídico.
  • Comparta los éxitos: Documente y comparta los proyectos de diseño jurídico que hayan tenido éxito dentro de su organización. Así conseguirá apoyo para una implantación más amplia.

A medida que las organizaciones sigan digitalizando sus operaciones, el diseño jurídico será cada vez más importante. La integración del pensamiento de diseño con los conocimientos jurídicos representa un cambio fundamental en la forma de prestar y experimentar los servicios jurídicos.

Los departamentos jurídicos con visión de futuro ya están adoptando este enfoque, reconociendo que hacer que la información jurídica sea más accesible y comprensible no es una mera cuestión de estética, sino de eficacia, eficiencia y, en última instancia, mejores resultados para todas las partes interesadas.

Es probable que en el futuro haya una mayor normalización de las prácticas de diseño jurídico, herramientas más especializadas para favorecer su implementación y una mayor expectativa por parte de los clientes y las partes interesadas de que la información jurídica se presente en formatos fáciles de usar.

El diseño jurídico representa una importante oportunidad para que los departamentos jurídicos aumenten su valor dentro de las organizaciones. Al hacer que la información jurídica sea más accesible y procesable, los profesionales jurídicos contribuyen a una mejor toma de decisiones, mejoran el cumplimiento y fortalecen las relaciones con las partes interesadas.

La aplicación de los principios del diseño a los retos jurídicos no disminuye el rigor jurídico, sino que amplifica el impacto de los conocimientos jurídicos garantizando su comprensión y aplicación efectivas. A medida que las empresas sigan navegando por entornos normativos complejos, las que adopten el diseño jurídico obtendrán ventajas en eficiencia, cumplimiento y satisfacción de las partes interesadas.

Para las organizaciones que buscan optimizar sus operaciones jurídicas, la incorporación de los principios del diseño jurídico a su enfoque de gobernanza ofrece un camino hacia unos servicios jurídicos más eficaces y centrados en el usuario que respalden mejor los objetivos empresariales generales de la empresa.