Los tiempos en los que los equipos jurídicos dependían de la redacción manual para evaluar las cláusulas contractuales y valorar los riesgos han quedado atrás. Hoy en día, la evaluación de riesgos contractuales se ha convertido en una tarea más fácil que nunca.
Identificar las banderas rojas en un contrato ya no es suficiente, y hacerlo manualmente aún menos. Además de la pérdida de tiempo que supone la redacción manual, está el hecho de que la tarea se detiene ahí. La verdadera protección implica garantizar el cumplimiento en toda la empresa, aplicar las normas legales internas de forma coherente y crear registros rastreables y auditables de cada cambio.
Por suerte, hoy en día muchas soluciones de gestión de contratos permiten la evaluación automatizada del riesgo contractual, y algunas van incluso más allá. Con funciones recientes como el detector de riesgos integrado en la herramienta de gestión de contratos elegida, la revisión de un contrato se convierte en un proceso inteligente, automatizado y basado en políticas.
Evaluación de riesgos contractuales en breve
La evaluación de riesgos contractuales es el proceso de evaluar un contrato para identificar, señalar y mitigar los posibles riesgos jurídicos, financieros, operativos o de cumplimiento antes de ejecutar un documento. Es un paso fundamental en la gestión de la exposición y la responsabilidad dentro de una organización, y puede tener diferentes aspectos en función del sector, el tamaño de la empresa y las necesidades organizativas.
Aunque la evaluación del riesgo contractual parezca una tarea exclusiva del ámbito jurídico, en realidad puede afectar a otros departamentos, como el de compras o el de RRHH.
Riesgos comunes
Como hemos dicho, los riesgos importantes y secundarios varían en función de muchos factores. No obstante, a continuación se indican algunos de los más comunes:
Limitaciones de la evaluación tradicional del riesgo contractual
La revisión manual del cumplimiento es una verdadera carga y, aunque este método se utilizó ampliamente durante años, tiene sus limitaciones.
Revisiones incoherentes
No todas las partes interesadas interpretan las cláusulas de la misma manera, sobre todo si no pertenecen al departamento jurídico. Es esencial trabajar con coherencia jurídica y evitar contratiempos en el cumplimiento. Los contratos contienen cláusulas delicadas, como las relacionadas con los acuerdos de confidencialidad o las responsabilidades.
Proceso de análisis lento
En un mundo en el que el departamento jurídico se percibe con demasiada frecuencia como un obstáculo, la evaluación de riesgos contractuales debe seguir el ritmo de los negocios. Las revisiones manuales de las cláusulas y su redacción pueden ralentizar todo el ciclo de vida del contrato, lo que en última instancia afecta a la productividad y frustra a los usuarios finales.
Falta de trazabilidad
¿Hay algo peor que intentar averiguar quién aprobó una cláusula problemática? ¿O quién firmó un contrato no conforme? Los antiguos métodos de evaluación de riesgos contractuales carecen de visibilidad y suelen dejar los documentos dispersos. Esto plantea importantes retos tanto desde el punto de vista jurídico como operativo.
Dependencia excesiva de los equipos jurídicos
La excesiva dependencia de los equipos jurídicos provoca graves cuellos de botella, ya que las unidades de negocio son incapaces de evaluar con confianza los contratos por sí solas. Esto puede ocurrir incluso con las plantillas más estándar, como los acuerdos de confidencialidad o los acuerdos de contratación.
¿Cuál es el resultado? La evaluación del riesgo contractual se convierte en un ejercicio reactivo, centrado en corregir errores a posteriori, en lugar de imponer un cumplimiento proactivo desde el principio.
Los detectores de riesgo son la nueva norma para la evaluación de riesgos en los contratos
Hoy en día, muchos proveedores de LegalTech ofrecen detección automática de riesgos contractuales. Una función de esta naturaleza invierte el modelo tradicional de análisis de riesgos para los equipos jurídicos internos.
Pero, ¿cómo funciona un detector de riesgos? ¿Cómo mejorará exactamente la evaluación global de los riesgos contractuales de la empresa? Aunque hablemos de detección automática de cláusulas y riesgos, hay un factor humano en su definición.
Las guías contractuales, o playbooks, al centro de la solución
En muchos casos, los equipos jurídicos y los gestores de contratos se encargan de elaborar manuales de contratos. Un playbook contractual establece los términos y condiciones clave de los tipos de contrato. Al igual establece las cláusulas, las normas de cumplimiento personalizadas y otras líneas directrices.
Por ejemplo, tomemos el caso de los contratos de arrendamiento comercial. Estos contratos suelen tener varias especificidades, por lo que en su manual de «Contratos de arrendamiento» puede añadir directrices como las siguientes:
Este enfoque estructurado garantiza la coherencia de todos los contratos, independientemente de quién los revise. Por si fuera poco, cada vez más soluciones integran funciones de IA en las funciones de evaluación de riesgos de los contratos.
Cuando la IA interviene
La Inteligencia Artificial ha irrumpido en nuestra vida cotidiana personal y profesional, y esto incluye también la gestión de contratos. A la hora de reconocer y señalar los riesgos contractuales, la IA puede tomar diferentes formas.
Un CLM adecuado con una sólida función de evaluación de riesgos contractuales lo hará:
Más allá de estos valiosos conocimientos, las herramientas basadas en IA también aportan una gran ventaja: pistas de auditoría claras. Ofrecen un seguimiento de los cambios en tiempo real, a menudo hasta el detalle de quién fue la última persona que revisó, modificó o aprobó una modificación.
El futuro de la evaluación de riesgos contractuales es la automatización
La evaluación moderna de los riesgos contractuales no consiste sólo en identificar lo que está mal, sino en garantizar que todo el ciclo de vida del contrato se ajuste a las políticas internas. Al integrar las normas de cumplimiento directamente en el proceso de revisión, la tarea resulta más sencilla para todos. Los equipos jurídicos y empresariales pueden trabajar más rápido y con mayor confianza, desde el primer borrador hasta la aprobación final.
La innovación clave reside en la trazabilidad. Cada cláusula aceptada o rechazada queda registrada, lo que permite una documentación lista para la auditoría y un cumplimiento verificable. Los equipos pueden revisar y volver a analizar los contratos cuando sea necesario, asegurándose de que no se pasa por alto ningún detalle crítico. Con estas funciones, las revisiones de contratos no sólo son más eficientes, sino también más defendibles.